Limpiarme las lágrimas sin estropear el maquillaje nunca ha sido lo mio, será por eso que no me maquillo. Salir al mundo cada día con la certeza puesta. Volver agotada a casa con los tacones puestos y el cansancio encima. Evitar los espejos y la gente, porque no hay forma de evitar el dolor. Hacer de cuenta que no pasa nada. Salir al mundo, siempre salir al mundo. Ser el malo porque no te atreves a aceptar que duele. Ser el tonto por haber confiado. Ser el bueno por intentarlo. Ser el fuerte por salir al mundo.
Graduarse de mujer y madre en el preciso momento en que una se guarda los sentimientos para después, los buenos y los malos. Mantener la frente bien alta ante los juicios de todo el mundo y aun así dejar ver apropósito sin querer el tatuaje incorrecto que te hiciste a media espalda.
Eso es todo. Me pongo la sonrisa, los tacones y me voy.