jueves, 6 de septiembre de 2012

Ando con todo esto encima y lo que pesa. Llena de bolsas llenas traigo la espalda, ninguna es mía, quizá la pequeña, la arrugada. Llenos de cansancio los párpados y de tristeza la sonrisa. ¿Motivos para sonreír? Será que es cierto que uno puede fingir orgasmos y sonrisas pero y lo del alma, lo de adentro. ¿Se puede fingir el escalofrío que te recorre la espalda y te eriza el pelo provocado por el orgasmo? Es que ya no quiero sonreír para hacer de cuenta que no estoy hueca, que no me duele.