miércoles, 9 de enero de 2008

Llevo tanto tiempo inmersa en esta pútrida soledad que me sabe amarga tu compañía. Me empeño en hacerte a un lado. En largarte. He tratado de tenerte cerca a pesar de mi misma. Me he vuelto tan cómplice de esta soledad que no me imagino si ella, me sentiría sola. Aprender nosotros después de tanto y tan sólo yo, es trabajo arduo y no se si estoy dispuesta a hacerlo. Me repito que al final estaré en soledad de nuevo y la soledad no se si me perdonaría el abandono. ¿Jugarme el volado por ti a pesar de todo?

La soledad me ha dicho que me esperará en caso de ser necesario.

1 comentario:

Letisha Carlop dijo...

A veces la soledad es sólo un empujón para aceptar que solos nunca estamos... siempre estamos nosotros mismos que nos lleva a andar con los otros..desde la montaña un saludo...