domingo, 8 de julio de 2007

El día que nacieron todas las flores

Me encanta celebrar mi cumpleaños, esa cosa de sentir que al menos un día la reina soy yo. Este año cumplí la nada despreciable cantidad de 25 años, toda una vida. La celebración ha durado tanto que he llegado a sentirme apabullada y de cuando en cuando mis mejillas se han sonrojado. Los regalos han llegado de a poco, la mayoría afortunadamente arrancados del corazón de los de cerca. Sin perder la costumbre, me quedé dormida a media fiesta, así de relajada me sentí todo el día. Gracias a los que cooperaron para hacerme el día. Gracias a los de las mañanitas insistentes como nunca, a los de cariño, los de las fotos, los de las llamadas particularmente especiales, los de los regalos en exceso costosos, los de la comida, los del pastel, el de las rosas y el poema, los de los mensajes, los que pensaron en mi, etc. Me siento tranquila y en paz, así quería que pasara mi cumple y así fue. Y bueno mas o menos así fue mi cumple. Por cierto además mi alma futbolera agradeció el marcador de México en ambos partidos de hoy, gracias muchachos.






































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