jueves, 18 de septiembre de 2008


Tengo la teoría de que las niñas desde que nacen tienen la tendencia a ser como serán por siempre. La que es princesita diva así es desde bebe y la ruda, ruda rudísima, también. En particular creo que yo también he sido tal y como soy desde siempre. Desde muy chica aprendí a conseguir siempre lo que quería, me ponía muy morada hasta que sucedía, un buen día perdí los dientes por un "no la pelen", deje de privarme y me volví una niña de kinder garden con dientes metálicos (el ratón de los dientes esos los pagaba mejor). Se dice que era muy dulcita, ahora soy mas amarga. Desde siempre retumbó a voces el "pero tu eres muy fuerte", licenciada a aguantarme.

Me gustan las faldas esas que son de muchos parches, como hechas con retasos de tela, igual que las cobijas con los restos de estambres de muchos colores. Son como analogía de la vida de uno, o la mía. Es como juntar todo lo que se sabe y sumarlo a lo que uno ha visto, bebido, vivido, viajado, caminado, leído, opinado. Lo malo que se hace, lo equivocado que se afirma como quien esta lleno de la verdad absoluta, esos quedan como huecos y ahí es donde se pone una pieza de otro color, de otro tema.

Somos seres completos, integrales, llenos de parches. Me gusta vivirlo todo, hacer de todo, probar de todo a pesar de mis aprensiones. ¿De que otro modo terminaré algún día mi falda? O mucho mas importante me anda por terminar mi cobija, pues me está empezando a dar un poco de frío.



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